13 Cuando vio el dragón que lo habían arrojado a la tierra se puso a perseguir a la mujer que había dado a luz el hijo varón.
14 Le dieron a la mujer las alas del águila real para que volase a su lugar en el desierto, donde será sustentada un año y otro año y medio año lejos de la serpiente.
15 La serpiente, persiguiendo a la mujer, echó por la boca un río de agua, para que el río la arrastrase;
16 pero la tierra salió en ayuda de la mujer, abrió su boca y se bebió el río salido de la boca de la serpiente.
17 Furioso el dragón contra la mujer, se marchó a hacer la guerra el resto de su descendencia, a los que cumplen los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús.
EXPLICACIÓN.
El declive de su prestigio no hace desistir al poder de la persecución contra la comunidad cristiana (13). Las dos alas del águila real, lit. "de la gran águila", alusión a Ez 17,7, donde un águila gigante, sin duda figura de Dios (cf. Éx 19,4; Dt 32,11) hace que Israel encuentre las aguas que aumentarán su fecundidad. Aquí, la ayuda no es exterior, Dios potencia a la comunidad misma (le dieron las dos alas) con una fuerza que le permite escapar rápidamente del asedio del perseguidor, refugiándose, como antes, en el desierto, es decir, reafirmando su ruptura con la sociedad injusta; esta ruptura es lo que la mantiene en vida (será sustentada) y la hace invencible. La comunidad cristiana no tiene poder ni se enfrenta con su enemigo. Un año, etc., lit. "un tiempo y tiempos y medio tiempo" (cf. Dn 7,25; 12,7), son los tres años y medio o 1260 días que duran la persecución y el testimonio (cf. 12,6).
La serpiente (15), el dragón en cuanto tentador que extravía al género humano (12,9); ataque indirecto, pero irresistible (de su boca, ¿promesas?; la tierra, aliada de la mujer (cf. 11,19: "los que destruyen la tierra") (16). Fracasado el intento contra la iglesia en su conjunto, persigue a grupos cristianos; nuevo ensañamiento, descrito a continuación (17).
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