miércoles, 22 de septiembre de 2010

MARCAN A LOS FIELES DE LA TIERRA. Ap 7,1-8.

7 1 Después de esto vi cuatro ángeles, plantado cada uno en un ángulo de la tierra; retenían a los cuatro vientos de la tierra para que ningún viento soplase sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre los árboles.
2 Vi después otro ángel que subía del oriente llevando el sello de Dios vivo. Con un grito estentóreo dijo a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar:
3 "No dañéis a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos en la frente con el sello a los siervos de nuestro Dios".
4 Oí también el número de los marcados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel:
5 de la tribu de Judá, doce mil marcados,
de la tribu de Rubén, doce mil,
de la tribu de Gad, doce mil,
6 de la tribu de Aser, doce mil,
de la tribu de Neftalí, doce mil,
de la tribu de Manasés, doce mil,
7 de la tribu de Simeón, doce mil,
de la tribu de Leví, doce mil,
de la tribu de Isacar, doce mil,
8 de la tribu de Zabulón, doce mil,
de la tribu de José, doce mil,
de la tribu de Benjamín, doce mil marcados.

EXPLICACIÓN.

1-8. Respuesta a la pregunta anterior. Se detiene la avalancha destructora (1-3), para que sean marcados los que van a subsistir, los que tienen el Espíritu de Dios (4).

Intervalo de paz, los vientos no soplan sobre la tierra (1). Los intervalos son plazos que Dios da para que los hombres recapaciten y renuncien a la injusticia, evitando la destrucción que amenaza y que sus mismas acciones provocan.

Juan adapta la visión de Ez 9,2-4. En ella aparecía un hombre que, con pluma y tinta, marcaba la frente de los que deploraban las abominaciones que se cometían en Jerusalén; la marca era la señal que los salvaría de la destrucción.

Juan cambia la marca con tinta por el sello, en lenguaje cristiano símbolo del Espíritu (cf. 2 Cor 1,22; Ef 1,13). Las doce tribus de Israel: no las del Israel histórico, del que no quedaban sino dos tribus y media, sino las del desierto y las del Israel escatológico, abierto a la humanidad entera. Ciento cuarenta y cuatro (doce por doce), plenitud de antiguo y nuevo Israel; el múltiplo mil se aplica a las realidades históricas en cuanto en ellas se ejerce la acción de Jesús Mesías. Juan omite la mención de la tribu de Dan, conocida por su infidelidad (cf. Jue 18; omitida en 1 Cr 4-7); en su lugar pone la de Manasés, parte de la tribu de José.

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