miércoles, 8 de septiembre de 2010

LAS SIETE CARTAS. Ap 2,1-3,22

2 1 Al ángel de la iglesia de Éfeso escribe así:
Esto dice el que tiene las siete estrellas en su diestra y anda entre los siete candelabros de oro:
2 Conozco tus obras, tu esfuerzo y tu entereza; sé que no puedes sufrir a los malvados, que pusiste a prueba a esos que se llaman apóstoles sin serlo y hallaste que son unos embusteros.
3 Tienes aguante, has sufrido por causa mía y no te has rendido a la fatiga,
4 pero tengo en contra tuya que has dejado el amor primero.
5 Recuerda de dónde has caído, enmiéndate y vuelve a proceder como al principio; si no, como no te enmiendes, vendré a quitar tu candelabro de su sitio.
6 Es verdad que tiene una cosa a tu favor: aborreces las prácticas de los nicolaítas, que yo también aborrezco.
7 Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias.
Al que salga vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el jardín de Dios.


8 Al ángel de la iglesia de Esmirna escribe así:
Esto dice el que es primero y último, el que estuvo muerto y volvió a la vida:
9 Conozco tu apuro y tu pobreza, y, sin embargo, eres rico; sé también cómo te calumnian esos que se llaman judíos y no son más que sinagoga de Satanás.
10 No temas nada de lo que vas a sufrir; el diablo va a meter a algunos de vosotros en la cárcel para poneros a prueba, pero vuestro apuro durará diez días. Se fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida.
11 Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias.
El que salga vencedor no será víctima de la muerte segunda.

12 Al ángel de la iglesia de Pérgamo escribe así:
Esto dice el que tiene la espada aguda de dos filos:
13 Sé dónde habitas, donde Satanás tiene su trono. A pesar de eso, te mantienes conmigo, y no renegaste de mi fe ni siquiera cuando a Antipas, mi testigo, mi fiel, lo mataron en vuestra ciudad, morada de Satanás.
14 Tengo, sin embargo, algo en contra tuya: tienes ahí algunos que profesan la doctrina de Balaán, el que enseño a Balac a tentar a los israelitas incitándolos a participar en banquetes idolátricos y a fornicar.
15 Además otra cosa: tambén tú tienes algunos que profesan la doctrina de los nicolaítas.
16 A ver si te enmiendas, que si no iré en seguida y los combatiré con la espada de mi boca.
17 Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias.
Al que salga vencedor le daré maná escondido y le daré también un guijarro blanco; el guijarro lleva escrito un nombre nuevo que solo sabe el que lo recibe.

18 Al ángel de la iglesia de Tiatira escribe así:
Esto dice el Hijo de Dios, el de ojos llameantes y pies como bronce:
19 Conozco tus obras, tu amor fraterno, fe, dedicación y aguante, y últimamente tu actividad es mayor que al principio;
20 pero tengo en contra tuya que toleras a esa Jezabel, la mujer que dice poseer el don de profecía y que extravía a mis servidores con su enseñanza, incitándolos a la fornicación y a participar en banquetes idolátricos.
21 Le di tiempo para enmendarse pero no quiere enmendarse de su fornicación.
22 Mira, la voy a postrar en cama y a sus amantes los voy a poner en grave aprieto, si no se enmiendan de lo que hacían con ella.
23 A los hijos que tuvo les daré muerte; así sabran todas las iglesias que yo soy el que escruta corazones y mentes y que os voy a pagar a cada uno conforme a vuestras obras.
24 Ahora me dirijo a vosotros, los demás de Tiatira que no profesáis esa doctrina ni habéis experimentado lo que ellos llaman las profundidades de Satanás. No os impongo ninguna otra carga,
25 hasta que mantegáis lo que tenéis hasta que yo llegue.
26 Al que salga vencedor cumpliendo hasta el final mis tareas, le daré autoridad sobre las naciones -la misma que yo tengo de mi Padre-,
27 las regirá con cetro de hierro y las hará pedazos como a jarros de loza (Sal 2,8-9).
28 Le daré también el lucero de la mañana.
29 Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias.

3 1 Al ángel de la iglesia de Sardis escribe así:
Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Conozco tus obras; nominalmente vivos, pero estás muerto.
2 Anda vigilante y consolida los restos que iban a morir, pues no he encontrado obras tuyas acabadas a los ojos de mi Dios.
3 Recuerda, por tanto, lo que oíste y aún mantienes, haz caso y enmiéndate que, si no estás en vela, llegaré como un ladrón sin que te des cuenta de la hora de mi llegada.
4 A pesar de todo, tienes ahí en Sardis unos cuantos que no han manchado su ropa; ésos caminarán conmigo vestidos de blanco, pues se lo merecen.
5 El que salga vencedor se vestirá de blanco y no borraré su nombre del registro de los vivos, pues ante mi Padre y sus ángeles reconoceré su nombre.
6 Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias.

7 Al ángel de la iglesia de Filadelfia escribe así:
Esto dice el santo, el veraz, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie cierra; cierra y nadie abre (Is 22,22).
8 Conozco tus obras, mira, ante ti dejo abierta una puerta que nadie puede cerrar, pues aunque tu fuerza es pequeña has hecho caso de mis palabras y no has renegado de mí.
9 Haré que algunos de la sinagoga de Satanás, de esos que dicen ser judíos (pero es mentira, no lo son), vayan a postrarse ante ti y se den cuenta de que te quiero.
10 Por haber seguido el ejemplo de mi constancia yo te preservaré en la hora de prueba que va a llegar para el mundo entero, y que pondrá a prueba a los habitantes de la tierra.
11 Llego en seguida, mantén lo que tienes, para que nadie te quite tu corona.
12 Al que salga vencedor lo haré columna del santuario de mi Dios y ya no saldrá nunca de él; grabaré en él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén que baja del cielo de junto a mi Dios, y, mi nombre nuevo.
13 Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias.


14 Al ángel de la iglesia de Laodicea escribe así:
Esto dice el amén, el testigo fiel y veraz, el principio de la creación de Dios:
15 Conozco tus obras y no eres ni frio ni caliente. Ojará fueras frío o caliente,
16 pero como estás tibio y no eres ni frío ni caliente, voy a escupirte de mi boca.
17 Tú dices: "Soy rico, tengo reservas y nada me falta". Aunque no lo sepas, eres desventurado y miserable, pobre, ciego y desnudo.
18 Te aconsejo que me compres oro acendrado a fuego, así serás rico; y un vestido blanco, para ponértelo y que no se vea tu vergonzosa desnudez, y colirio para untártelo en los ojos y ver.
19 A los que yo amo los reprendo y los corrijo; sé ferviente y enmiéndate.
20 Mira que estoy a la puerta llamando: si uno me oye y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos.
21 Al que salga vencedor lo sentaré conmigo en mi trono, lo mismo que yo, cuando vencí me senté con mi Padre en su trono.
22 Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias.

EXPLICACIÓN.

2,1-3,22 Jesús Mesías, destinatario de la doxología inicial (1, 4b-6) y que se apareció a Juan (1,12-20), habla a cada una de las iglesias. Su palabra valora la situación de cada una, corrige, anima, exhorta, promete. Todas deben esforzarse por comprender el mensaje del Espíritu, que actualiza en ellas el mensaje de Jesús.

1-7 Destinatario, la comunidad que está en Éfeso, capital de la provincia de Asia. El ángel, la comunidad misma en su dimensión trascendente (1,20: "estrellas", luz celeste), contradistinta del "candelabro", la comunidad en su dimensión terrestre (1,20: "candelabros", luz terrestre, la comunidad en cuanto difusora de un mensaje).

Autorepresentación de Jesús (el que tiene las siete estrellas, cf. 1,16) (1b). Esto dice, fórmula de los oráculos proféticos; Jesús Mesías toma el puesto de Dios.

Juicio de la situación (2-3). Positivo: su firmeza, valentía y constancia frente a los que ceden al paganismo (v.6); negativo, traición íntima, falta de amor (4).

Exhortación particular (5-6): enmienda; de lo contrario, la comunidad de Éfeso dejaría de formar parte del círculo de las iglesias. Bajo un exterior irreprochable, falta lo esencial. Su actitud ante los heterodoxos es un indicio favorable. No hay datos sobre los nicolaítas.

Exhortación general (7a). El mensaje vale para todas las iglesias; el Espíritu les habla recordándoles la enseñanza de Jesús. Oídos, oír, aplicarse a la comprensión en vista de la actividad (7).

Promesa (7b): La recompensa por la victoria sobre el mundo (cf.1 Jn 5,4s) se describe con alguna imagen asociada a la vida futura; aquí con la de comer del árbol de la vida (Gn 2,9; Ap 22,2), gozar de una perenne plenitud de vida. El vencedor, el que colabora hasta el fin en la victoria de Jesús sobre las fuerzas históricas enemigas del hombre.

8-11. A Esmirna. Comunidad en lucha, perseguida por la colonia judía. Autopresentación de Jesús; el vencedor de la muerte, en relación con la promesa final de la carta (v.11).

Juicio positivo: a esta comunidad pobre, sólo elogios. En medio de la persecución, la pobreza de medios y la calumnia, la comunidad es rica por su adhesión a Jesús (9-10). Israel ha perdido su privilegio. Los judíos no tienen derecho a distinguirse con ese nombre; ahora no son más que una perversión del antiguo pueblo (sinagoga de Satanás). Prueba efímera (cf. Dn 1,12.14). La muerte por la adhesión a Jesús, umbral de la vida (10).

Promesa (11b): la muerte segunda (cf. 20,14): además de la muerte física, que para el cristiano no interrumpe la vida, hay una muerte definitiva y total; quien colabora en la obra liberadora de Jesús tendrá vida definitiva.


12-17. Pérgamo era la ciudad más suntuosa de Asia Menor. Había sido capital de los más ricos sucesores de Alejandro Magno y el centro de un considerable imperio. Había en ella un altar monumental a Zeus y un famoso santuario de Esculapio. En Pérgamo, con el templo erigido a Augusto, se inauguró el culto imperial en la provincia de Asia.

Autopresentación de Jesús (12b); la espada de dos filos es su palabra o mensaje (1,16; cf. Is 49,2), que, con su eficacia o fuerza de persuasión (aguda, dos filos), hiende aquel esplendor cultural y religioso, calificándolo de trono de Satanás (12-13). El gobernador tenía el ius gladii, es decir, el poder de vida y muerte sobre todos sus súbditos que no fuesen ciudadanos romanos. La palabra de Jesús está por encima del poder romano. Sé donde habitas (12): la comunidad está presente y actúa en la historia dentro de las estructuras sociales. Satanás, personificación del poder, fuerza enemiga que actúa en la historia a través de estructuras humanas; tiene algo de monstruoso (cf. 12,9: "el dragón") y aspira a ocupar el puesto de Dios (culto del emperador); aquí se encarna en la sociedad pagana organizada; trono, dominio.

Juicio de la situación (13-15). Positivo: elogio de la adhesión inquebrantable cuyo mayor exponente ha sido Antipas el mártir. Negativo: el peligro más grave viene de unos pocos miembros de la comunidad (14). La figura de Balaán (Nm 25,1-3) interpreta en clave del AT el sincretismo pagano-cristiano (Nikolaos = Balaán: "señor/vencedor del pueblo"); después del episodio de Balaán, se narra cómo los israelitas, seducidos por mujeres moabitas, realizaron actos de idolatría (cf. Nm 31,16).

Exhorta a tomar una decisión. Visita del Señor (Am 3,2; Os 4,9); su palabra es eficaz (16).

Promesa al vencedor, al que colabora en la victoria de Jesús y su mensaje (17b): maná escondido (Éx 16,1-36; Sal 78,24-28; Sab 13,20-29), la eucaristía, que encierra vida definitiva; el guijarro blanco sugiere la idea de victoria, de admisión a la vida; el nombre nuevo (Is 62,2), regalo de amor, refleja el proyecto personal que debe realizar; corresponde a la renovación interior del hombre e implica la intimidad entre el que lo recibe y Jesús.

18-29. En la época romana, Tiatira era un centro sin especial relieve, dedicado a la industria y al comercio (cf. Hch 16,14). A esta ciudad, la menos importante de las mencionadas, se envía la carta más larga, a a su comunidad se aplican los epítetos más solemnes.

Autopresentación de Jesús (18), cf. 1,14s. Juicio de la situación (19-23): Elogio (19). Como en Pérgamo, existe un peligro que procede del interior de la comunidad (20): Jezabel, nombre simbólico, la reina que introdujo cultos idolátricos en Israel (1 Re 16,31; 2 Re 9,22); aquí designa a una persona, probablemente una mujer, que promueve actitudes paganas. Jesús le ha dado tiempo para recapacitar, pero parece demasiado segura de sí misma (21). En el lenguaje profético, la fornicación es figura de la idolatría y puede designar la práctica del modo de vida materialista de aquella sociedad. Acción decidida de Jesús, pero sin amenaza de exclusión; quiere que sus cómplices o víctimas (sus amantes) abran los ojos. Esa escuela (hijos = discípulos) no tendrán futuro (23).

Aunque deben apartarse del culto pagano, no han de constituir un círculo cerrado en medio de la sociedad (24: no os impongo ninguna otra carga); Jesús no prescribe obligaciones, a diferencia de las religiones, que multiplicaban las prescripciones hasta el infinito; basta la fidelidad al evangelio (25). Las profundidades de Satanás puede ser una frase irónica para calificar el conocimiento esotérico de Dios que los sectarios pretender tener (cf. 1 Cor 2,10).

Promesa (26-28); las naciones, el paganismo en cuanto fuerza hostil al reinado de Dios. Estas fuerzas serán progresivamente destruidas (cita adaptada de Sal 2,8s). Se vence al mundo cuando no se pacta con él ni se disimula el mensaje. El lucero de la mañana es Jesús mismo (22,16).

3,1-6. Sardis, antigua capital del reino de Lidia, en la época romana, después del terremoto del año 17 d.C, que había destruido la mayor parte de sus edificios, tenía poca importancia.

Autopresentación de Jesús (1), cf 1,4.16.20. Juicio de la situación: la actividad de esta iglesia no es indicio de vida. Exhortación (2): detener el proceso de desintegración. Vigilancia (cf. Mt 24,42s; 1 Tes 5,2). Es una iglesia sin lucha, agonizante (2). Jesús no apaga la mecha que aún humea, pero la conversión urge; la adhesión al mensaje debe traducirse en la práctica (3). Resto fiel (4): "blanco", el color de la gloria divina.

Promesa (5): el registro de los vivos (lit. "el libro de la vida"), paralelo celeste del registro de una ciudad: pertenecía a la ciudad de Dios.

7-13. Filadelfia, fundada por Átalo Filadelfo, rey de Pérgamo, en el siglo II a.C., también había sufrido grandemente en el terremoto del año 17 d.C. Autopresentación de Jesús: la llave de David (cf. Is 22,22) indica una autoridad sin apelación (7b). Juicio de la situación (8-10): comunidad pequeña y sin pretensiones, formada probablemente por gente humilde, pero, debido a su fidelidad, Jesús le abre la posibilidad de una tarea misionera; la metáfora de la llave se continúa en la de la puerta. Ningún juicio negativo, sólo alabanzas y promesas. Sinagoga de Satanás, cf. 2,9; vayan a postrarse ante ti, cf. Is 60,14; 49,23; 45,13. Los cristianos, el verdadero Israel (9). Ayuda que corrobora la constancia (perseverar en la hora de la prueba o tentación, cf. Mt 6,13) (10). Exhortación particular (11): fidelidad hasta el fin.

Promesa (12): la nueva sociedad humana, concebida como santuario y como ciudad;los que se asocian a la obra de Jesús son el soporte de esa sociedad nueva (cf. 21,2: la nueva Jerusalén). Cuádruple repetición de la fórmula mi Dios, para subrayar la pertenencia absoluta y para siempre; mi nombre nuevo, el del Resucitado, la victoria sobre la muerte.

14-22. Para Laodicea, cerca de Colosas, cf. Col 4,16. Autopresentación (14b): el Amén, aplicado a Dios en el judaísmo, que equivale a los epítetos fiel y veraz, cf. 1,5; el principio de la creación de Dios, cf. Col 1,15; horizonte universal. Juicio de la situación: la comunidad de Laodicea no presenta faltas manifiestamente graves, pero aparece instalada en la mediocridad, quizá por adaptarse a la prosperidad de la ciudad misma; se siente satisfecha y segura (17). Exhortación particular (18): oro, vestido blanco, colirio; alusiones a la properidad de Laodicea, a su industria de lana y a su escuela de medicina. Amor paciente de Jesús, que pretende educar a la comunidad (cf. Prov 3,12; Heb 12,5-11) (19). El amor culmina en la petición de ser acogido; nadie lo espera en esta iglesia segura. No fuerza la entrada, habla invitando. Intimidad simbolizada por la cena (20).

Promesa (21): los que colaboran con Jesús participan de su realeza/condición divina (21).

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